Pedimos que se nos respete y se nos mire con normalidad desde fuera del BDSM, pero no somos capaces de entendernos entre nosotros. Somos una comunidad abierta y diversa, pero en vez de integrarnos, tratamos de expulsar a quien no es exactamente igual a nosotros.
Las Dominas aún tienen que justificar su condición y su saber hacer, mientras a un Dom se le presupone de entrada. Sus sumisas aún tienen que oír que les falta un buen falo y que tiene que dejarse de tonterías. Sus sumisos son tildados a menudo de poco hombres.
A las little se les acusa de tener complejo de Electra, de no haber tenido figura paterna. El Daddy y la Mommy incluso de pedofilia por otros Dominantes. Y a las Brat de ser unas maleducadas desobedientes.
Si eres excesivamente masoquista, tienes una tara mental, porque una cosa son dos azotes y otra esas «cosas de degenarados». Si no soportas el dolor, eres muy mal sum y mejor te dedicas a otra cosa.
Si tienes palabra de seguridad es porque no confías en tu Dom, si no la tienes es porque eres un inconsciente, tanto si eres Dom como sum.
Si te gusta la humillación y la Dominación mental, tienes algún trauma grave, porque clavar los pechos y hacer sangrar está bien, pero jugar con la mente es peligroso. Y al revés, si no quieres implicación mental, te acusan de solo querer jugar y no ser sum «de verdad».
Si un Dom es cariñoso y mimoso con su sum y despectivamente se le llama «moñas» y se le cuestiona su autoridad. Igual que son cuestionados los Dom que practican sexo oral a su Sum cuando les viene en gana.
Si se mezcla amor con BDSM, mal porque se pierde la «verdadera» esencia y la entrega es por amor y no por sumisión. Si la relación es estrictamente bedesemera, es una relación incompleta y fría.
Quién mejor que cada uno para saber que le gusta y que no, que le da placer y que le daña, que quiere en su vida y que no. Y lo más importante, quien mejor que cada uno para saber con quien y hasta donde lo quiere vivir.
Te hace feliz, sigue andando. No, busca otro camino.