Ven, coge mi mano fuerte
y mírame a los ojos con calma,
como hacíamos antes,
cuando se apagaba el mundo
con la intensidad de nuestras miradas,
cuando todo giraba alrededor
y nada parecía tener importancia.
Ven, coge mi mano fuerte
y sonríe como si nada sucediera,
como si algunas palabras
nunca se hubieran pronunciado.
Tienes la sonrisa tan bella,
tan cristalina y acogedora,
que es imposible no sonreír a tu lado.
Ven, coge mi mano fuerte,
vamos a perdernos al atardecer,
a contemplar los barcos amarrados,
a escondernos en nuestro rincón
y reír de todo entre cervezas.
Volvamos a ser tú y yo
ésos que nadie más conoce.
Ven, coge mi mano fuerte,
recorramos juntos ese camino
que comenzaba en un abrazo
y no terminaba hasta llegar al arcoiris.
Saltemos al vacío una vez más,
ya sabemos lo que duele hacerse añicos,
aprendamos ahora lo que es volar.