Todo comenzó como un juego, una noche de verano e insomnio, en medio de una charla que se había prolongado durante horas. Él poco a poco había ido descubriendo todo aquello que ella odiaba y amaba a partes iguales. Todas esas sensaciones que ella nunca se había atrevido a reconocer que deseaba sentir.
Y allí estaba ella ahora completamente desnuda, con las manos esposadas a la espalda, llenándose de babas el pecho a causa de la mordaza, arrodillada en una esquina de la habitación, de cara a la pared. No podía verlo, no podía oírlo, pero sabía que Él seguía ahí, tumbado en la cama y curioseando su móvil.
Ella no podía calcular con exactitud el tiempo que llevaba arrodillada, pero las rodillas le habían empezado a doler hacía rato y a ella le parecía que habían pasado horas. A pesar de lo que ella creía, a penas habían pasado unos minutos y Él no había apartado un solo instante la vista de ella, estaba preciosa así, intentando mantener la espalda erguida a pesar de la incomodidad y de su incapacidad para estar quieta. Cuando no pudo contener más las ganas de jugar con ella, la sujetó por la cintura y le ayudó a levantarse.
– ¿Recuerdas a qué has venido, zorra? ¿Estás segura de que quieres seguir adelante?
Ella asintió varias veces con la cabeza. Aunque se sentía un tanto extraña por la seriedad con la que Él la estaba tratando, se sentía completamente empapada. Él dio varios golpecitos en la cama y ella se subió rápidamente. Al tener las manos esposadas, su intento de quedar arrodillada con las piernas bien abiertas fracasó, perdió el equilibrio y su cara quedó hundida entre las sábanas, dejando su culo completamente expuesto. Él tiro fuerte de su pelo, que llevaba recogido en una coleta, para levantarle la cabeza y le puso delante de su cara la ruleta sobre la que tantas horas habían hablado aquella noche en la que no podían dormir.
– ¿Sabes una cosa, perra? Creo que va a ser mucho más divertido si en vez de tirar la ruleta solo tres veces, me regalas las seis tiradas y con el orden que yo elija. ¿Tienes algo que decir respecto a las nuevas reglas, puta?
Un suspiro en la Oscuridad 